Zamba del Tarco en Flor

martes, 6 de octubre de 2009
Tarcos azules, verdor y luz
en la fresca la flor de una boca
buscando el alma y la voz
vuelan pájaros en bandadas
desde la raíz de la vida
buscando la claridad

Rojo y sonrisa llevan cantos
derrochando caricias y calor
sueños y tiempos eternizados
en las manos, tus manos,
piel y sonido, acento y rima
comprometiendo al corazón

Rojo y azules, risa en tu boca
la estación se hizo miel y verdor
renacieron voces y runrrunes
el valle suspira y la vida fue sol
al calor de tu piel, mujer y verdad,
de amaneceres y anocheceres

Noche de tarcos y magia enarbolada
primavera nacida de tu voz de fuego,
canción de la noche fresca en silencio
que fue creciendo en sueños ajenos
y en el eterno amanecer en tu pelo
perfumado de jazmines y mieles

Estás en el amanecer de cada día
estás en cada noche clara de estrellas
porque entre el azul y el verde de silencios
tu alma colmenera y tu mirada de luz
se adueñaron del día y del sol
calentando este corazón olvidado.

Tribulación a medio andar.

Y así se fue esa mañana, casi madrugada y desvelos de cama
fue una loca noche de largo delirio y corto de palabras, y hasta aquí llego,
me dijo y así me aconsejó que pusiera a la venta ese trasto y traje viejo de madera
y así empecé para la próxima vez estar listo sin trastos ni ofertas de polvos tristes

Me cansé de la soledad llena de gente que habla sin decir y dice sin hablar
si es una hijoputez no importa y la-mente lo que quiera pero ahora ya terminó
ese destino anarco y bufón se ríe de unos cuantos, yo me cansé de pertencer y al carajo
en esta calle dejo una parte de barro, paja y mierda de media fruta podrida
pero además dos gotas de sangre que quisiera llevarme

No es la última vez que la encuentro porque pienso coimear al destino
porque no tuve ese sexo sin amor como me pidió y así llamo al silencio de ahora
y me atropellaron esas lunas y estrellas de septiembre y la claridad del amanecer
soy lo que me hice yo y no me arrepiento de millonadas de faldas que miré y de unas pocas que bajé

Un tinto y un cigarro son suficientes para pasar el trago amargo de aspirinas para el corazón
para dejar lo poco que logré a mis cuarenta y poco más, tratando sin poder
pudiendo sin tratar, de dejar testamento en vano y caído en la trampa de los principios
voy a caminar relajado sin importarme lo que queda debajo del dintel de la puerta verde
y me voy a olvidar de misas de extremaunción y voy a evitar la hostia de lo convencional
y cambiar de vida y de calzón y de muerte para empezar a conjugar la segunda mitad de vivir

Te voy a buscar debajo de la tierra o sobre los árboles o quizá en las montañas
no te voy a buscar tanto pero te voy a encontrar un día de éstos
Caminando sin prisa pero sin pausas, hasta el centro del sueño de tus dos media lunas,
para descansar en cada noche y despertar, en ese rosado, fresco y dulce
naranjas y lunas a medio andar.